Cada cierto tiempo mis pasos me traen a este sitio... es un lugar mágico, que me atrae irremediablemente.
Es un sitio desde el que ubicarse, desde donde ver distintos puntos de referencia, y desde donde parece que pudieras volar. Es un lugar que sobrecoge y que acuna a la vez.
Un sitio de esos en los que siempre encuentras paz y calma.
A veces son mis pasos los que me traen, casi sin quererlo, a veces son las circunstancias y a veces son personas que me acompañan en este caminar lento y hermoso que es la vida.
Y yo sólo puedo estar agradecida, sentirme afortunada y mirar hacia adelante, con los pies en la arena, el inmenso cielo azul sobre la cabeza y una sonrisa en los labios; porque estoy viva y siento con toda intensidad, porque tengo mis puntos de referencia, mis puntos fijos que me anclan a la realidad, pero conservo a la vez mi libertad y mis ganas de volar.
Padre, te adoro, y te encuentro siempre sobre esta duna mágica y me encanta seguir contándote lo que es mi vida, como crezco y quienes me acompañan; enseñarte mis tropiezos y escuchar tus enseñanzas y consejos, que tan rara vez ponías en palabras completas. Te adoro y ni imaginas cuanto te echo de menos, a pesar de encontrarte siempre que te busco.