lunes, 21 de febrero de 2022

Tía y sobrinos nos vamos a Tromso, Noruega.

 Hace unos días cumplí con la promesa que le había hecho a mi sobrino Luis hace ya algún tiempo, y que por razones de pandemia no había podido cumplir antes. 

Nos fuimos a ver a tío Manu al norte del norte, y de paso nos llevamos al Ratón también.

Ha sido las primera vez que los dos han viajado en avión, la primera vez que han estado en la nieve, la primera vez que han jugado con témpanos de hielo... ¡han sido tantas primeras veces, para ellos y para mi!

Pero nos hemos divertido, lo hemos pasado muy bien y hemos decidido hacer un viaje tía/sobrinos una vez al año a partir de ahora. A ver donde nos lleva el próximo invento, de momento ya tenemos la hucha empezando a llenarse, por ahí se empieza.











viernes, 4 de febrero de 2022

El Cerro de los Ánsares

 

 Es uno de los espectáculos mágicos y míticos de Doñana; ocurre cada año desde hace cientos, sin que nadie sepa explicar a ciencia cierta la razón.

Dicen que han censado este año 14.000 ánsares en Doñana, y será. Pero la marisma está tan seca, el agua que hay está tan concentrada en apenas tres zonas que deben ser todos los que caben en estas circunstancias.

Al cerro cada amanecer de este invierno han entrado sólo unos cientos, en el mejor de los casos; pero el espectáculo se ha repetido, aunque la escala haya sido más pequeña.

Soy afortunada, sigo teniendo la inmensa suerte de disfrutar de esta magia.

A estas alturas algunos ya se habrán ido rumbo al norte, la mayoría se estará preparando para partir y sólo una pequeña muestra será capaz de aguantar la primavera y el verano cálido y seco de este pequeño paraíso. Buen viaje a los que se van y esperemos que el invierno que viene sea más próspero para todos.





jueves, 27 de enero de 2022


Te echo de menos cada día, cada uno de los días, desde hace casi un año y medio.

Echo de menos el café por la mañana, la primera llamada del día y tu olor. Me duele en lo más hondo lo huérfana que me has dejado, en todos los sentidos posibles.

Presumo de ser segura, fuerte y valiente; pero me falta tu escudo, ese escudo invisible que llegaba mudo a cada uno de los resquicios de mis emociones. Me falta tu acompañamiento en la sombra, tu hombro para apoyarme y todos aquellos detalles siempre presentes, nunca alardeados, pero siempre tan plenos, tan meditados, tan conscientes. ¿Como hacías para aparentar que no te costaba trabajo? ¿Como te salían cosas tan complicadas y artificiosas con esa increíble naturalidad?

El tiempo pasa, inevitable, y supongo que la herida cierra, pero esta cicatriz que me queda en el alma pica a veces cuando llueve, o con el cambio de viento, o ¿será con el cambio de estación?... A saber, Yo sólo siento el picor y el escozor a veces, profundo, imposible de aliviar con mis manos. Pero pasa, cuando cambia el viento, la estación o mis pensamientos, vete tú a saber.

Estos días en los que me sobra el tiempo, la soledad y el encierro, te echo de menos mucho más que cada uno de los días anteriores, pero a la vez te siento más cerca. He deajdo de escribirte por un tiempo, de contarte mis pequeñas cosas...la herida cierra.