Ayer pasé horas en la oficina, sudando aunque no me movía mucho. Ayer no estaba a gusto ni tumbada en la hamaca.
Ayer, cuando atardecía ya, y parecía que aflojaba el calor, después de todo el día de sol y bochorno, bajamos hasta el lago a pescar con la atarraya.
El sol estaba ya bajo, la luz empezaba a ser suave y el gris podría ser el color dominante. El agua gris del lago estaba caliente, sobretodo en la zona poco profunda cerca de la orilla. Primeros lanzamientos de atarraya, y nada. Yo no soy muy habilidosa con esa red circular y pesada, me cuesta mucho lanzarla, más aún si me llega el agua al pecho, así que no me dejan probar mucho, un par de lanzamientos, y ya hay alguien que quiere quitármela de las manos. Ayer además teníamos poco tiempo, ya que se nos iba la luz, así que me entretenía nadando y observando.
De repente, a lo lejos, vi algo en el agua, algo que no terminaba de identificar, como un tronco flotando, pero era extraño porque avanzaba a contracorriente... Me quedé mirando, subida en una piedra, intentando tener algo de perspectiva. Al verme observar fijamente, los demás volvieron la vista hacia donde yo miraba, y rápido se dieron cuenta de que lo que yo veía era un lagarto, es decir, un cocodrilo. Yo sospechaba que pudiera serlo, pero ya digo que no lo veía claro, ellos sí.
Se acabó la pesca. Se acabó el baño poco refrescante, se cabó... El animal estaba bastante lejos, allá por el zacatón, pero se hundió, esperamos bastante rato y no consegimos volver a verlo salir.
De vuelta sin pescado, y de nuevo sudando en la cuesta arriba.
Ya de noche, después de cenar, se nos vino encima la tormenta, lluvia fría y torrencial, para aliviar los calores del día. En la radio dicen que estamos en alerta por temporal, lluvia, rayos, truenos y viento, fuerte viento. Por las ventanas de mi habitación entran gotas de lluvia tamizadas por la mosquitera, el sonido del viento en los árboles es espectacular, pero yo me duermo, fresca y tranquila. Al amanecer veo que varias ramas han caído durante la noche, no oí nada; un árbol ha caído también un poco más abajo, en mitad del camino, tempranito estaban ya aserrándolo, ¡hay que aprovechar la madera!