martes, 27 de octubre de 2020

A veces me cuesta tanto...





Sí papá, a veces me cuesta mucho no derrumbarme. Sé que no es lo que tú querrías, no es lo que me has enseñado.... pero es muy difícil estar siempre “bien”.

La otra tarde parecía que el atardecer iba a estar precioso (al final no fue así, como tantas otras veces nos ha pasado) así que monté a Mico y Ratón en mi coche, que era el tuyo, y nos fuimos a ver atardecer a la playa. Aunque no fue espectacular, dimos un buen paseo por la playa, corrimos y disfrutamos del rato, hasta que la luz casi se había ido. Hacía fresco, como corresponde a esa hora en esta época del año.

Ya de vuelta, en el coche, Ratón preguntó “¿donde está el abu?”, a mí solo me salió responderle “el abu no está”, pero Mico, con su candor y su infinita inocencia, le dijo “el abu no está porque está muerto, ¿no te acuerdas cuando fuimos a soltar las cenizas a la duna? Pues ese era el abu, que lo quemaron y se convirtió en cenizas”.
A mí se me hizo un nudo en la garganta y otro desgarrón en el corazón. 

Aquel día en la duna ellos lo hicieron más fácil.

Me hace feliz que te recuerden, los dos lo hacen, y siempre, como todo el mundo, con un recuerdo bonito y gracioso; en ellos también has dejado huella y me encanta, aunque a veces duela.



jueves, 22 de octubre de 2020

Maravillosa playa









 

Ha llovido algo...


 Parece que por fin empieza el otoño, los días son ya bastante cortos y en esta semana por fin ha empezado a llover, de momento no es mucho, pero al menos es algo.

Cuando veo las nubes negras sobre el mar, descargando agua sobre agua, me acuerdo de cuanto te desesperaba que las nubes no se vaciaran en la marisma sino en el mar; y la cantidad de veces que pensabas que no había razón para que te molestase tanto, que nada te iba en ello, pero sin embargo, te pasaba lo mismo cada vez.

Te imaginarás que la marisma aún no ha cogido agua, aún no está ni borracha... para eso tiene que llover más, espero que así sea y que no apriete el calor otra vez.

La playa está brava, divertida, de esos días en los que no puedes quitar el ojo de la ruta porque no sabes nunca lo que te espera delante.

En fin, a ver como se presenta el otoño, ojalá sea año de setas.

viernes, 16 de octubre de 2020

Días de buitres


Estos días hay muchos buitres por la marisma, deben estar pasando hambre, y en la marisma hay comida.

Son días de buitres, no sólo en la marisma. Pero en algunos sitios no hay carroña de la que tirar, así que supongo que, más pronto que tarde, pasarán de largo.

 Yo no he conseguido verlos, pero dicen que, entre los buitres que entran a la marisma, hay dos alimoches jóvenes; lo que sí he visto son buitres de Rupell, al menos un par de ellos, y también algunos buitres negros.

 

 

No he conseguido ver ninguno anillado, pero me gusta pensar que alguno de ellos viene de Quintos, donde han tenido muy buena temporada de cría este año.

Seguiré pasando por la zona en los próximos días, quizá con un poco de suerte pueda ver los alimoches.


Como siempre, te seguiré contando.
 

martes, 13 de octubre de 2020

Otras playas, otras sales

 

Paseos largos y calmados, la arena en los pies y el viento en la cara. 

Estos días de descanso ha tocado salir un poco de la rutina, y ¡cuanta falta me hacía!

El horizonte azul inmenso donde la mirada se pierde. 

El corazón a saltos de roca en roca y el alma libre, fuera del cuerpo.





 

viernes, 9 de octubre de 2020

Días raros, cuestión de paciencia.


 Son días raros, padre.

Hay muchas cosas que resolver, tanto en casa como en el trabajo, pero poco o casi nada depende de mí, y casi nada es rápido. Todo depende de unos tiempos que yo no marco y de unas acciones que yo no puedo realizar, así que estoy en compás de espera, repitiéndome continuamente que es cuestión de paciencia, que las cosas están enrumbadas.

Tengo suerte, lo sé. Hay mucha gente pendiente de mí, de nosotros. 

Y sobretodo, sigo trabajando aquí, en un lugar con estos amaneceres, con esta luz, con esta playa nuestra, que esto días de levante (a pesar del calor y los mosquitos) está espectacular, y me permite, en pleno mes de octubre bañarme tranquilamente.

Lo único malo es que no llueve, y no hay previsión de lluvias al menos en lo que queda de mes. Si lloviera este otoño-invierno en condiciones, esto ya sí que sería el paraíso.

A ver si me dejan hacer algunas de las cosas que quiero, ayúdame padre, sé que no me has dejado de la mano, te siento, pero ayúdame. Espero no defraudarte y haber aprendido de ti lo suficiente.

Te quiero y sigo echándote mucho de menos dos meses después. Sí, dos meses ya... quien lo diría.

Me da lástima que aquellas personas por las que más hiciste no valoren todo lo que arriesgaste por ellas, y no sean conscientes de lo fáciles que les has dejado las cosas. Me pregunto con frecuencia qué sería lo que te llevó a rodearte de personas así y qué te aportaba a ti este tipo de relaciones; me consta que sabías que lo dabas todo a cambio de casi nada y que eso para ti fue suficiente; pero ahora que ya no estás ¿como es posible que ellas sigan ciegas a tu esfuerzo? ¿Es egoísmo o carácter? ¿Fue amor alguna vez o solo era provecho y beneficio a su favor? Porque lo que tengo claro es que lo hoy deben sentir no es amor, si fuera eso el comportamiento sería indudablemente otro.

En fin, me voy ya. Este fin de semana aprovecharé para ir a Portugal, vienen Tia Yola y sus niñas, así que yo me siento más liberada y voy a aprovechar, para cuando no toque. Lo dicho padre, te quiero y te echo de menos, aunque te hablo mientras conduzco por la playa.

sábado, 3 de octubre de 2020

Viajes de ida y vuelta...

 Hay algunas cosas feas en este trabajo, una de ellas para mí es tener que ir a Madrid. Vaya jaleo, ruido, ajetreo... deseando venirme estaba.

Pero ha sido un viaje productivo, creo que he resuelto cosas, he hablado cara a cara con la jefa, tiene las ideas muy claras y va a intentar ayudarme en todo lo que pueda, me consta que ya ha negociado cosas por mí. Las intenciones son buenas, sólo falta que cristalicen realmente.

Habrá que tener paciencia, porque los plazos no los marco yo, ni siquiera ella... los plazos serán dilatados para cualquier solución, pero mi esperanza es que las soluciones que se den sean definitivas.

No sé si a ti te gustaría el rumbo que están tomando las cosas. Por arriba creen que la situación es ya insostenible por más tiempo y yo, después de que me hayan contado algunas conversaciones, creo que también; me da lástima porque yo creo que podríamos complementarnos bien, y creo que el tiempo invertido por ti en este equipo era una buena inversión, lo que pasa es que no todos están de acuerdo; hay quien a mí no me considera parte del equipo, y me siente como una amenaza, yo creo no serlo, aunque es verdad que de natural asumo las responsabilidades, me lo pidan o  no y quizá sea eso lo que no le cuadra.

En fin, intentaré tener paciencia, seguir haciendo mi trabajo y tirando adelante con la carga, a veces demasiado pesada y mucho más al llevarla en solitario. Te echo de menos cada día, sobretodo nuestras conversaciones, lamento no haber sido capaz de llegar a escribir tus memorias, contigo se pierden la mayor parte de las anecdotas, pero es que eran tuyas, de nadie más.

La vuelta desde Madrid ha sido lo más agradable. Sentir calor y apoyos, contar con compañeros de los de verdad, de los que gusta tener cerca. Eso sí lo he disfrutado.