viernes, 15 de octubre de 2021

Luz otoñal, reflejo cálido.


 Que bien nos vendría un abrazo

                                          que nos acomode un poco.

Que nos haga ver que no estamos tan solos.

                                      Ni tan locos.

                 Ni tan rotos.


                                                       Mario Benedetti.




viernes, 17 de septiembre de 2021

Arena bajo los pies, cielo inmenso por encima

                        

 

Cada cierto tiempo mis pasos me traen a este sitio... es un lugar mágico, que me atrae irremediablemente.

 

Es un sitio desde el que ubicarse, desde donde ver distintos puntos de referencia, y desde donde parece que pudieras volar. Es un lugar que sobrecoge y que acuna a la vez.

 

Un sitio de esos en los que siempre encuentras paz y calma.

 

A veces son mis pasos los que me traen, casi sin quererlo, a veces son las circunstancias y a veces son personas que me acompañan en este caminar lento y hermoso que es la vida.

Y yo sólo puedo estar agradecida, sentirme afortunada y mirar hacia adelante, con los pies en la arena, el inmenso cielo azul sobre la cabeza y una sonrisa en los labios; porque estoy viva y siento con toda intensidad, porque tengo mis puntos de referencia, mis puntos fijos que me anclan a la realidad, pero conservo a la vez mi libertad y mis ganas de volar.

 

Padre, te adoro, y te encuentro siempre sobre esta duna mágica y me encanta seguir contándote lo que es mi vida, como crezco y quienes me acompañan; enseñarte mis tropiezos y escuchar tus enseñanzas y consejos, que tan rara vez ponías en palabras completas. Te adoro y ni imaginas cuanto te echo de menos, a pesar de encontrarte siempre que te busco.



domingo, 8 de agosto de 2021

Un año ya, nada más y nada menos.

 El 8 de agosto de 2020 fue sábado. 

Hace un año ya, aunque parezca imposible.

El 8 de agosto de 2020, estábamos ya "encerrados" tú y yo, para lo que se nos venía encima, pero recibimos el aviso de que Joselito no se encontraba bien; y nos vinimos. No vinimos juntos, tú venías primero y yo salí de allí algo después, lo siento porque la playa contigo siempre era maravillosa, y nos daba la oportunidad de sincerarnos y de hablar, de compartir un rato tranquilos, pero no recuerdo por qué, tú viniste antes, solo un rato antes. Y perdí la oportunidad de compartir la playa contigo una vez más.

Yo venía sola, pensando "tú haz tus planes, que ya la vida se encargará de cambiartelos" y eso que no tenía ni idea de lo que nos esperaba después.

Había que recoger a los niños de Rocío en la playa, y te pedí que me llevaras ¿te encontrabas ya mal entonces? No he dejado de preguntármelo, no lo parecía, pero sabías disimular muy bien, intento pensar y recordar aquel trayecto, aquella espera, pero soy incapaz de ver si tenías mala cara, si te quejaste en algún momento, si hiciste algún gesto que denotara lo que te iba a pasar, y no recuerdo nada que me llamase la atención. Estabas centrado en ir a ver a José al hospital, esa era tu meta.

Como siempre, estabas para todos, para mí al llevarme a recoger a los niños para que no tuviese que aparcar un sábado cerca de la playa, para los niños facilitándoles todo, para José deseando ir a verlo y pensando en lo que podía hacerle falta y lo que podía gustarle en sus circunstancias, para Ash con cariño y con cuidados, para mamá comprando lo necesario para la comida, ayudando a cocinar. Para todos siempre, en silencio y con absoluta generosidad. 

Después de comer me quedé pendiente de los niños y no me di cuenta de lo que estabas haciendo, pensé que estarías echándote la siesta, que es donde te dejé cuando fui a hacer magdalenas con los peques. No lo vi venir, no te vi cuando subiste a ducharte, ni cuando bajaste, sólo coincidí contigo en la cocina, sudabas a mares, venías buscando agua fresca, te reprendí por hacer demasiado esfuerzo y me dijiste que no podías dejarle el trabajo a José, ahora que no se encontraba bien. No supe ver la gravedad entonces tampoco, me avisó Ash, me dijo ve al salón con tu padre, no se encuentra bien... y ella se quedó con las magdalenas.

A partir de ahí todo fue demasiado rápido, se amontonan los recuerdos, el intento de llevarte al coche, el cesped de casa (ahora ya no hay cesped allí), la ambulancia, Quinto por medio, conducir hasta el hospital, Rocío esperandote allí, Joselito también allí, observación, la resonancia, la cara de Rocío al salir de aquella sala pequeña frente a la que yo estaba sentada, lo que tardó el cirujano, joven, demasiado joven; la espera en aquel espacio frío y carente de personalidad, la visita de la médico de UCI diciendo que ya tenía tu cama preparada para cuando salieras de la operación; la explicación detallada del cirujano y las pelotas de tenis rojas en mi imaginación, la espera de nuevo, la entrada de tu camilla (con la mascarilla colgada del gancho del suero) por aquel pasillo y el cerrar de las puertas. Estuviste consciente todo el tiempo, y pidiendonos que nos fuesemos todo el tiempo, a pesar de los calmantes que casi no conseguían bajarte el dolor. 

Lo recuerdo todo, a mi manera, pero lo recuerdo. Aún me duele que sufrieras tanto, para el desenlace seguro.

Recuerdo saber que la operación no había salido bien antes de que nos lo dijeran, recuerdo que aún así, y sabiendo que era lo que tú habrías deseado, Rocío y yo fuimos hasta la puerta de quirófanos, en mitad de aquel pasillo desierto, pensando que estarías vivo; después de tantas veces en el límite, pensamos que eras inmortal.

Y las llamadas y mensajes, eran las tres de la madrugada... tenía una bolsa de plástico con tu ropa y tus zapatos; tu paquete de tabaco, tu reloj, tu teléfono móvil y quinientos euros en efectivo. Me habría fumado un cigarro en tu honor en aquel momento, lo pensé, pero no me habría servido de nada y a ti tampoco.

Recuerdo tu cuerpo cubierto, el vértigo, el miedo. Tu cara morena y serena, ese pelo inconfundible, aún algo revuelto, suave, ese pelo del que habías preguntado unas horas antes si se te veía amarillento.

El abrazo de mi hermana y la tristeza, la desesperación, la necesidad de ser efectiva y resolver. La voz de mis hermanos al otro lado de las llamadas. 

Ha sido un año largo. 

Como siempre, se mezcla la sensación de que parece que fue ayer, con la cantidad de cosas que han ocurrido en este año, ha sido un año muy largo y muy dificil, y lo que se atisba próximamente no parece mucho mejor; pero estoy viva y quiero estarlo cada día, quiero disfrutar aunque algunos días casi me obligo. 

Se me amontonan las tormentas encima, aunque siempre he encontrado asideros en los que apoyarme, auparme y respirar. 

Confío.

No imaginas la de veces que pienso "¿qué haría mi padre en esta situación? ¿como la resolvería?" y si me paro realmente a pensarlo, al menos decido con calma, que es muy importante... si no me paro a pensarlo, sino que, a pesar de haberme hecho la pregunta, actúo sin pensar me equivoco y tristemente van unas pocas de cagadas... creo que, después de echarme la bronca, te habrías reído de mí. Al menos eso es lo que me gusta pensar.

En los próximos días necesitaré tenerte muy cerca, sentir tu aliento y tu apoyo; serán días decisivos, siempre es un periodo crítico el mes de agosto, espero que esta vez también salga todo bien.

lunes, 14 de junio de 2021

Cerca o al menos no tan lejos

 Tiempos extraños, sí, para mí siguen siendo extraños. 

 

 

 

Echo de menos viajar, pero en los últimos días al menos he podido salir algo, alejarme unos kilómetros de todo, bueno en realidad de casi todo; a algunas cosas me he acercado.


 

 He disfrutado del campo y de los pueblos, de algún espectáculo y de abrazos, del río fluyendo en mis pies y el viento traspasando mi vestido.


 

 

 

He disfrutado de comer y de dormir, de mirar las estrellas y escuchar el viento.

 

 

De oler las flores y de acariciar anfibios, de las gotas de agua frías y del sol caliente en los brazos.



 


 

Del sudor de una cuesta arriba y de la calma de una cerveza compartida.








He disfrutado, he respirado y he descargado los músculos. He pasado unos días preciosos, con sus idas y venidas, con sus luces y sus sombras, con mis miedos y los caminos sin sentido. Me hacía falta alejarme para tener perspectiva, para tomar impulso, para retomar las cosas en el punto donde quedaron.

Estoy de vuelta y fluyendo de nuevo, suave o con energía, dependerá del día.


 

martes, 4 de mayo de 2021

Me he quedado muda

 Sé que dije que te escribiría. Per es que aún me parece increíble... ya hace casi nueve meses y yo no sé ni como hemos llegado hasta aquí.

El ambiente en Palacio es agradable, mi vecina (como algunos la llaman) se fue, no he visto una desvergüenza más grande que la suya. La lealtad se le acabó contigo y nunca más se supo. Ni respuesta a las condolencias, pero su problema es, para mí sólo agua pasada.

Más allá de Palacio, en el END y el OAPN todo es más agrio, menos amable y más hostil. Es muy triste. Cuento, claro, con algunos aliados, con afectos y apoyos. No sé qué pasará y tampoco estoy segura de que me importe en exceso. Ayer me preguntaba una amiga si yo sentía que este era el "trabajo de mi vida" y la verdad es que, con el corazón en la mano, no lo sé. Me gusta lo que hago, disfruto de casi cada día, estoy vinculada a mi tierra y eso es increíble. Pero lo cierto es que creo que soy más nómada que esto, que necesitaré volar más pronto que tarde; voy a verme con JuanJo esta tarde, a ver si sacamos adelante un proyecto para Solentiname, quizá esa sea una manera de volar a medias.

En fin, te decía que me he quedado muda, porque son tantas cosas que no sé como ponerlas en palabras, no sé como contártelas. Intento estar a la altura, intento seguir tu ejemplo, intento avanzar y nadar en mitad del temporal, por ahora sigo a flote.

Madre no nos lo pone fácil, pero trataremos de que sea leve, en la medida de nuestras posibilidades (que ya te confieso que no son muchas) y lo cierto y justo es que para ella sí que no debe ser nada fácil, así que intento ser empática y comprensiva, no siempre lo consigo.

Te seguiré contando, no lo dudes.

jueves, 25 de febrero de 2021

Hay experiencias que no tienen precio, definitivamente

Cada día me gusta más esta Doñana tuya, padre. Cada día soy más consciente de haber llegado a ella tarde, pero me alegra mucho pensar que más vale tarde que nunca.. ese optimismo tozudo, que a veces me acompaña.

Tarde porque ya no tengo la viveza y la inquietud de hace unos años, tarde porque esta Doñana no es la que era y los cambios de los años recientes son tantos y tan rápidos que, como con el cambio climático, nada se adapta de manera suave, tarde porque muchos de los habitantes de Doñana, esa gente que la sueltes donde la sueltes de este territorio sabe donde está y conoce anécdotas de cada sitio, se han marchado o se irán pronto, como tú; y tarde sobretodo porque no me dio tiempo a compartirla contigo más que un poquito. 

Sí, ya sé, casi nací aquí, me crié dentro de Doñana, oyendo las novedades por la emisora, aún me dio tiempo a conocer y apreciar ese artilugio que sonaba estridente dentro y fuera de casa, disfruté de vivir en el campo, de pasear por entornos vedados a otros, nos trajiste a tus rincones favoritos tantas veces, y aprendimos a admirar la belleza de esta tierra, la nuestra, contigo. Soy consciente, porque los he vivido, de algunos de los cambios importantes de Doñana, sé lo que era tomar un café de pucherete en una fría mañana de invierno, después de haber visto amanecer en algún lugar precioso, escogido por ti.

 Tengo suerte, mucha suerte, he sido y soy increiblemente afortunada. Pero aún así, llegué tarde; triste que sólo ahora me dé cuenta, ahora que de verdad es demasiado tarde.

Como te decía, soy afortunada hasta un extremo increíble. Cada día soy consciente, pero algunos días no sé ni como gestionarlo. Puedo parecer inexpresiva, puede que no dé saltos de alegría, pero me llevo el corazón tan lleno de sensaciones maravillosas, que quizá es por eso que quiero disfrutarlo con calma y sin aspavientos.

Salir al amanecer con niebla espesa y frío, que según avanzas por la marisma la niebla sea cada vez más espesa, que un paisaje de por sí inquietante y casi ausente de referencias se vuelva completamente blanco y monotóno, oir sólo el chapoteo de los cascos del caballo en el fango y el agua rala, escuchar apenas los reclamos nupciales de algunos de los habitantes de esta tierra hostil, reconocer una veta o un caño, sorprenderte de lo seco que está un determinado lucio, llegar a aquellos lugares donde nunca había estado, ver en primera persona nidos, parejas, huevos... 

Compartir un trozo de pan, unas latas, un poco de chorizo y unas naranjas, con los pies embarrados, junto a un pozo o una valla allá donde el silencio lo llena todo, escuchar historias de la marisma, confidencias e inquietudes de alguien para quien la Marisma es su casa.

Son experiencias que no tienen precio, pero de un valor incalculable, sobretodo para el espíritu. La Marisma enamora, engancha y llena, tú lo sabías bien y lo disfrutabas. 


Llegué tarde también a salir a caballo contigo, te negaste a acompañarme (a acompañarnos) por esa extraña elegancia tuya, esa vanidad que te impedía subir al caballo desde un poyo o bajar del caballo con ayuda de otros, y no creas que no lo entiendo, pero a mí egoístamente, me faltó compartir contigo unas horas a caballo y lo siento; habrían hecho de una experiencia sin precio un recuerdo imborrable en mi memoria. Aún así, gracias siempre por permitirme Vivir.



 

martes, 16 de febrero de 2021

Flor de Romero


 Flor de romero, flor de romero, que salga lo malo y entre lo bueno.

Desde siempre el romero se considera una planta de buen augurio; relacionada siempre con la suerte, la inmortalidad y los buenos presagios.

Estos días la floración de las matas de romero de Doñana es impresionante.

Y por aquí no nos viene mal que salga lo malo y entre lo bueno, así que mis mejores deseos con esta imagen.

lunes, 1 de febrero de 2021

Enero en Marismillas

 Ha sido un mes de frío, de algunas lluvias, de mucha niebla y de algunos días de sol.

Las grullas y los ánsares están aún por aquí, pero me temo que no tardarán demasiado en volar lejos, es ley de vida e inevitable que regresen a tierras norteñas para seguir con su ciclo vital.


Bando de grullas, con adultos y jóvenes en las marismas de Doñana.

Las grullas son enormes y tienen un vuelo magestuoso, pero lo más impresionante es su canto, que además, por cierto, les da nombre. Escucharlas al atardecer en el silencio inmenso de la marisma llana es espectacular.



Estas imágenes son quizá las más típicas del invierno en Marismillas. La invernada este año está siendo maravillosa; los ánsares no han sido muy numerosos, pero de flamencos y patos sí que vamos bien surtidos.



Hay agua en la marisma y se nota, ha sido un otoño dentro de la media en lluvias, y en enero también ha llovido algo, no demasiado pero algo (a ti te parecería poco, como siempre), tengo esperanzas en una primavera de lluvias, para que la cría sea buena también en la marisma este año, a ver qué pasa.

En el mar ha habido temporales y días de calma, ha habido negrones muy cerca de la costa algunas mañanas y un día hubo un grupo grande de alcatraces pescando a buena distancia, pero yo no llevaba la cámara, me habrías matado de haber estado aquí. 


En fin, esto ha sido más o menos el mes de enero por Marismillas. Y febrero ya ha comenzado.... vamos a por él.



martes, 5 de enero de 2021

Magia en la Noche de Reyes

 Mi padre es la persona más generosa que conozco.

En los últimos años se preguntaba a veces que para que, y se preguntaba (y me preguntaba) quien era él, donde quedaban sus anhelos y como llenar sus carencias.

No eran preguntas recurrentes, solo finales de largas conversaciones, en días en que los dos volvíamos a casa cansados.
Creo que tuvo una infancia feliz, hasta que murió su padre; entonces pasó de recibir a dar, de tener todas sus necesidades cubiertas, a aparcarlas para cubrir las de otros, yo no sé si eso fue así (entonces yo no lo conocía) pero así lo sentía él. Y yo no pongo en duda sus sentimientos, ninguno de los que me dejó vislumbrar.

Desde entonces, tenía 16 años cuando perdió a su padre, solo supo anteponer los demás a sí mismo.


Y el día 6 de enero no era una excepción.
El día de Reyes era en casa una demostración de ese infinito amor, que le costaba tantísimo poner en palabras, al menos con sus hijos; quizá en otros ámbitos era más locuaz, no puedo (ni quiero) saberlo. 

Pero su cara esa mañana fue siempre de expectación, de inquietud y de satisfacción, al ver las nuestras. Las caritas de unos niños ilusionados e invariablemente sorprendidos. Lo conseguía siempre y estoy segura de nunca le fueron fáciles ni gratos los días previos al 6 de enero de buena mañana. Pero a mí me gusta pensar que a partir del momento en que veía nuestras caras, de niños sorprendidos por los Magos de Oriente, (niños ya con más de 40 años o rondándolos) los sinsabores, la soledad y el estrés de los días previos le merecían la pena, quiero pensar que se olvidaba de todo y simplemente disfrutaba de nuestro disfrute.

Y todavía le quedaba magia suficiente para endulzar aun más el roscón del desayuno.

Hay magia de verdad en casa hoy, la magia compartida de haber recibido su infinita generosidad.
Feliz día de Reyes, que la magia no se esfume a pesar de la ausencia.

Te echaré de menos, hoy y siempre. Te quiero Padre

sábado, 2 de enero de 2021

Un año en imágenes

 Se ha acabado 2020, ha sido un año diferente a todos los vividos hasta ahora, y será diferente a todos los que están por venir, por muchos motivos.

El principal ya lo sabeis todos y no voy a ponerlo en palabras.

Perder libertad es otro de los motivos que lo hará inolvidable; y me comentaba una amiga el otro día que ha guardado la paga de Navidad para pagar multas, porque no está dispuesta a volver a quedarse en cas en el 2021. Yo creo que estoy de acuerdo con ella, aunque preferiría gastar mi paga en viajar libremente, sin miedo a ser multada, sin miedo a que mis acciones den miedo a los demás.

En fin, lo dicho, un año raro y diferente. Aún así, creo que no ha sido un mal año, a pesar de todo, estoy viva y cada día es un regalo, una oportunidad para aprender, ver, sentir y compartir.

Ahí van 12 fotos de este año, una de cada mes. Mucho por lo que celebrar y algunas tristezas infinitas.


Septiembre, buitre en la playa

Noviembre, flamencos en los rompidos

Mayo, a caballo

Marzo, boda de Pablo... justo antes de.

Junio, cangrejera en la Madre.

Julio, rorcual boreal varado.

Febrero, conociendo Marruecos

Enero, atardecer con ánsares en la Fao

Diciembre, los ánsares han vuelto.

Agosto, triste despedida


Abril, reunión de charrancitos

Octubre, pescadora playera.