lunes, 12 de mayo de 2025

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Queridos sobrinos:

Me habría encantado traeros a esta aventura, pero cómo no ha sido posible, os la voy a ir contando….

Hoy ha sido un día de viaje, salimos desde el puerto de Tarifa en el ferry de las nueve de la mañana, pero estábamos embarcados desde poco más de las ocho. Embarcamos directamente en la furgoneta, en total estamos viajando seis personas. El ferry es muy rápido, tarda menos de una hora en atravesar los catorce kilómetros que separan Tarifa de Tánger, hoy hacia un viento suave de poniente, lo que ha hecho que el mar estuviera bastante en calma, ha sido un trayecto agradable, con el cielo azul, el mar precioso y gaviotas y alcatraces alrededor.

Salir del puerto y pasar la aduana ha sido bastante rápido y sin percances, que no siempre es así, pero hoy tuvimos suerte. 

Desayunamos en bar de carretera que se llama “Casa del Mar”, huevos fritos con queso y comino, también una especie de torta rellena de requesón y miel, exquisita, zumo de naranja y té (una de las maravillas de esta tierra). Tras el desayuno continuamos carretera, vamos por la autopista hasta nuestro destino final de hoy, Meknes (o Mequinés) una de las ciudades imperiales de Marruecos. Es una ciudad dividida en dos por el rio, con una impresionante muralla, una Medina que es un auténtico laberinto y una plaza que es un  hervidero de gente a última hora de la tarde. A mi me encantan los zumos de naranja que hacen en la plaza, los cuenta cuentos, los beréberes vendiendo especias y el encantador de serpientes con su cobra, Pero no he hecho fotos, gran fallo.

El centro de la ciudad está llena de palacios y casonas grandes, convertidas muchas en Riads y hoteles, donde nos alojamos el montón de turistas que llegamos hasta aquí.

Es interesante que esta ciudad se considera el inicio del Atlas, las grandes montañas del país, así como el inicio del pueblo Bereber, una cultura muy interesante de la que os contaré cosas en estos días.





El colorido de las las calles, las tiendas y las flores es un espectáculo. Las babuchas, las chilabas y los kaftanes, los cacharros de barro y las especias, frutos secos y dulces, todo es impresionante. 

Aunque una buena parte del zoco está en obras, con la calle levantada y muchísimo polvo y las tiendas de esa zona cerradas, pero con lo que hay en orden hay demás para perderse y disfrutar.

Mañana más.


sábado, 22 de junio de 2024

Merezco, sí....

Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan deprisa
y con los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,



que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café y la poesía.

domingo, 7 de abril de 2024

De punta a punta

No sé cuanto tiempo hace que no voy a una isla, no quiero pensarlo... 

Hacía mucho que ni siquiera viajaba... y hace unos días pasé de punta a punta y de ahí a la otra punta, para volver al inicio en a penas cuatro días. Más de dos mil quinientos kilómetros para la furgo y para mi cuerpo. ¡¡Y qué bien sienta!! 




 

 


Un paseo por la playa

 

Tengo la inmensa suerte de vivir aquí, así que disfruto rutinariamente de pasear por la playa.

A veces voy sola, a veces acompañada, generalmente durante los meses de invierno llevo a los perros.

Sé que soy afortunada, sé que este paisaje es un privilegio, sé que estos paseos me cargan las pilas y las ganas de vivir, sé que ver ponerse el sol en el horizonte es algo que no se disfruta en todas partes. Lo sé.

Pero aún así, no siempre lo tengo en cuenta, no siempre lo voy pensando, en general paseo, disfruto del aire en la cara y ya. 

Creo que esto es lógico, porque como es algo que hago con tanta frecuencia, se me pasa por alto considerar lo afortunada que soy ¿no os parece?

Bueno, pues estos días ya hay más gente disfrutando de pasear por aquí a estas horas; y el otro día mientras caminaba por la arena, una señora me llamó desde el paseo marítimo, lo primero que hizo la buena señora fue pedirme perdón, porque nos había hecho unas fotos sin permiso, "pero es que era una imagen tan bonita, que no me podido resistir". Y me pasó las fotos, aquí una de ellas.

Me hizo ser consciente de donde estaba, de con quien, me llevó a ese momento a ese presente, sin más. 

Agradecida estoy con ella, por llevarme ahí, por hacerme consciente y por tener unas fotos de recuerdo, a las que recurrir para evocar ese rato.

domingo, 22 de octubre de 2023

Mucho tiempo después....

 Y como ha pasado el tiempo. 

Hace mucho que no escribo, mucho que no me sentía bien. Han pasado tres años difíciles, casi cuatro si contamos la pandemia... Muchos meses sin sentir libertad, sin la capacidad de moverme del todo. 

Un último año de dolor físico.  

Confío en que ha pasado, o al menos va pasando... confío en haber tomado las decisiones correctas, en estar haciendo lo que mejor me viene y en que tendré resultados; confío en que sean los esperados. Confío, confiar; no hay seguridades, pero ahí voy caminando paso a paso, confiando.



 



jueves, 13 de abril de 2023

Stramonita haemastoma, caracol piedra.


 

 
Stramonita haemastoma es un caracol marino, un molusco de la familia Muricidae. Es frecuente encontrar conchas de este gasterópodo en las playas de Doñana; no suelen medir más de siete u ocho centímetros y lo más característico de este caracol es el color anaranjado o rojizo de la abertura, así como sus pliegues.


Esta especie y algunas otras de la familia, se usaban en la antigüedad para fabricar el tinte púrpura, especialmente apreciado en época romana; y conocido como "púrpura de tiro" (o púrpura real), por ser producido por los fenicios en esta ciudad, aunque se cree que ya se utilizaba en Creta en torno al 1.600a.C.
Para producir un gramo de púrpura se necesitan aproximadamente 9.000 caracoles y un largo proceso de transformación, por lo que su uso era muy limitado, utilizándose exclusivamente en prendas de lujo, lo que lo convierten en claro símbolo de riqueza y poder.