Ha sido un mes de frío, de algunas lluvias, de mucha niebla y de algunos días de sol.
Las grullas y los ánsares están aún por aquí, pero me temo que no tardarán demasiado en volar lejos, es ley de vida e inevitable que regresen a tierras norteñas para seguir con su ciclo vital.
Bando de grullas, con adultos y jóvenes en las marismas de Doñana.
Las grullas son enormes y tienen un vuelo magestuoso, pero lo más impresionante es su canto, que además, por cierto, les da nombre. Escucharlas al atardecer en el silencio inmenso de la marisma llana es espectacular.
Estas imágenes son quizá las más típicas del invierno en Marismillas. La invernada este año está siendo maravillosa; los ánsares no han sido muy numerosos, pero de flamencos y patos sí que vamos bien surtidos.
Hay agua en la marisma y se nota, ha sido un otoño dentro de la media en lluvias, y en enero también ha llovido algo, no demasiado pero algo (a ti te parecería poco, como siempre), tengo esperanzas en una primavera de lluvias, para que la cría sea buena también en la marisma este año, a ver qué pasa.
En el mar ha habido temporales y días de calma, ha habido negrones muy cerca de la costa algunas mañanas y un día hubo un grupo grande de alcatraces pescando a buena distancia, pero yo no llevaba la cámara, me habrías matado de haber estado aquí.
En fin, esto ha sido más o menos el mes de enero por Marismillas. Y febrero ya ha comenzado.... vamos a por él.
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