Parece mentira que ya van casi tres semanas, es impresionante como pasa el tiempo, como se van los días... Estos últimos han sido días un poco estresantes para mí, en el trabajo hay algunas dificultades, unas debidas a lo que supone reorganizarnos de nuevo como equipo funcional, evitando tanto como sea posible los intervencionismos externos, y otras generadas a partir de la visita del presi; que nos tiene algo preocupados, aunque Goyo ha intentado calmarnos y hacernos ver que no tiene excesiva importancia, veremos en qué queda la cosa.
Ya han empezado los compromisos y las visitas "normales", y no te imaginas lo que te hecho de menos, lo sola que me siento comprando aperitivo, escogiendo el recorrido y enseñando el palacio. Hacia arriba nadie lo entiende, nadie lo ha entendido hasta ahora, porque si lo entendieran no me sumarían más y más visitas de este estilo. A los de abajo no les interesa demasiado, y en paralelo hay ausencia absoluta, simplemente más soledad. ¡Cuanta falta vas a hacerme! Por supuesto en las visitas, pero también en la fortaleza que nos va a hacer falta para encarar los próximos retos, que como sabes no son pocos ni pequeños.
Contarte que parece que el Ayuntamiento de Almonte quiere poner tu nombre a una sala de exposiciones e inaugurarla con una exposición de algunas de tus fotografías. ¿Te gustaría? Yo no lo sé. También la ministra me llamará para organizar un homenaje en tu honos, te iré contando.
Y los abejarucos se despiden ya, se les oye cada mañana pero no se les ve, ya sabes, pasan altos y en grandes bandos, ruidosos y encantadores; el ciclo natural del año sigue su curso. La berrea parece medio parada, no se oye gran cosa y tampoco se ven muchos ciervos en el campo; también yo estoy saliendo menos de lo que me gustaría, entre unas cosas y otras, pero vendrán tiempos mejores, yo sé que sí, volverá la calma a mi cabeza y a mi vida, estoy segura. Cuento con que los abejarucos que se van en estos días se lleven parte de mi desasosiego y cuento con amigos que me ayudan a pasar estos ratos, también cuento con el eco de las palabras que han tenido para ti tantas y tantas personas, las lágrimas de aquellos que te han llorado sinceramente y el calor de los abrazos dados y recibidos.
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