¡Buenos días padre!
Esta mañana en vez de llamarme tú para tomar el café, me ha llamado Montse. Que raro ha sido no ser tu cara la primera que veo, después de la mía en el espejo, en un día laborable.
Que raro ese incomparable paseo por la playa hasta el inglesillo, ¿quien iba a decirme a mí que echaría de menos hasta el humo de tu cigarro?
Sí papá, lo he echado en falta.
Si vieras que he venido con la marea hasta arriba, menos mal que el coeficiente es pequeño estos días, y que a partir de Zalabar, como tú bien sabes, la playa mejora mucho.
Luisin ha pasado la trailla por el Inglesillo, y yo no he podido evitar pensar en su padre, y tú ya sabes por qué; no había mucho rastro de conejos hoy, pero había uno de zorro a lo largo del carril, justo sobre la loma del cuartel.
Llegar al Palacio y atravesar la cancela ha sido uno de los momentos más duros de mi vida, pero está tan bonito el jardín, con sus farolas y bancos nuevos, las palmeras, los palmitos.... los compañeros han puesto las banderas a media asta, y un crespón negro en la de España, no sé si te gustaría pero tú lo habrías hecho también por cualquier otro miembro del equipo ¿a que sí?
En fin, la tarea de la mañana no me ha dejado mucho tiempo para pensarte; le he dejado tu coche a Violeta para la visita, no sé qué pasará después; Antonio y los muchachos se han repartido tu uniforme, espero que no te importe.
Ayer fue un día muy cansado, no imaginas la cantidad de gente que llegó a verte, la cantidad de llamadas, mensajes, whatsaps que hemos recibido... hay artículos en prensa y miles de publicaciones en diferentes redes sociales. Es un orgullo tan grande.
Yo tengo un agujero en el estómago, pero me obligo a comer algo. Me has dejado muy sola, muy muy sola, aunque tengo mucha gente alrededor. Pero soy consciente de lo afortunada que soy de haber sido tu hija, y además he tenido el privilegio de trabajar a tu lado, de compartir tu Doñana, esa que tú amas y conoces como nadie. Te quiero tanto y te lo he dicho tan poco, pero creo que lo sabías, he intentado demostrártelo en cada acto mucho más que con palabras.
La vida me hizo el tremendo regalo de darme dos años a tu lado codo con codo, siendo tu sombra, tu escolta y tu vigilante, como a veces me decías.
Al final ha sido rápido y repentino, auque tú llevabas tiempo sabiendo que estabas en los minutos de descuento, miro hacia atrás ahora y lo veo claro.
Bueno padre, voy a comer algo que en un rato viene el jefe de dispositivo, ya sabes bien como es esto.
No te preocupes, Joselito está bien, Manu llegó anoche sin contratiempos y cuidaremos a mamá con toda la paciencia. Te escribiré de vez en cuando más porque yo lo necesitaré que porque tú vayas a leerlo, y prometo ponerte incluso alguna foto. Tengo en la mente ese libro del que hablamos, espero contar con Muriel y con Jose para sacarlo adelante, y por supuesto con tu amigo Jose Ramón, como no puede ser de otra forma.
Nos quedaron tantos carriles por recorrer, tantas dunas por subir y tantas conversaciones por tener, siento no haber estado más cerca en algunos momentos, y no haber comprendido mejor tus afectos.
Lo dicho, te seguiré escribiendo.
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