Es temprano y aprovecho para darme una ducha, ha parado de llover y no hace demasiado calor todavía.
En la casa ya están todos levantados. Doña Lidia, mi mamá nica, está en la cocina preparando el desayuno, su hijo trae agua en un cubo para fregar los trastes, y la pequeña Melisa esta barriendo y fregando el suelo del porche.
Desayuno en una mesa con mantel de lunares, Doña Lidia es quizás la mejor cocinera de la isla, cuida los detalles y siempre pregunta por las preferencias de los comensales. Hoy preparó limonada, gallopinto, pipian cocido y revuelto, además me puso piña y té, y un par de panecitos tostados con mantequilla.
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¿verdad que tiene un aspecto delicioso? |
Martina está desayunando a la vez que yo, y un menú parecido, sólo le faltan el pipian y el revuelto.
Esta es Martina. |
Mientras desayunamos van pasando hacia la escuela los chavales de secundaria, es sábado, y como aquí no hay instituto, las clases de secundaria se hacen en la escuela un fin de semana si y uno no, vienen chavales de todas las islas y las familias de aquí les dan alojamiento a los que vienen de fuera, para que puedan asistir a clases los dos días, sin tener que ir y volver cada día.
Doña Lidia, mi mama de acogida aquí, tiene tres hijos naturales, aunque la mayor está viviendo en Managua y viene cada vez menos. Tiene una perrita que se llama Canela, una guacamaya roja que se llama Martina y una lorita de nuca amarilla, para estas dos tiene una jaula, en la que sólo les pone la comida y que está siempre con la puerta abierta. También tiene un patio estupendo lleno de frutales y de flores.
Terminado el desayuno es hora de dar un paseo y saludar a la gente a la que no vi ayer.
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