Hoy me pesa todo, me pesa que no estés, me pesa cuidar de mayores y de menores, me pesa estar alerta, me pesa no sacar adelante tanto trabajo como me gustaría, me pesa no tener tiempo de pasear sin rumbo, me pesa el calor y la responsabilidad.
Hoy me pesan los pies y la cabeza. Me pesa el alma, el corazón, los brazos.... y los abrazos, sobretodo los que me faltan y los que no me salen.
Hoy pareciera que los hombros van a llegarme al suelo del peso de la mochila.
Y aún así camino, porque no queda más remedio, porque hay mucho trecho por delante, porque el camino es largo y la vida es esto.
Hoy soy consciente de lo que cuesta respirar algunos días y también sé que es un privilegio estar viva.
Hoy, aquí y ahora, me permito sentirme pesada pero solo hoy, mañana volveré a ser liviana, volveré a sentirme afortunada y volveré a cargar el peso sin quejarme, sin que me pueda, sin que me cueste respirar.
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