martes, 27 de octubre de 2015

Yo no sé leer

Yo no sé leer.

No sé leer, en serio.

Me dice mientras me mira fijamente con esos ojos tan negros y una media sonrisa en los labios. Está sentado a mi lado, suficientemente cerca como para oir su respiración, pero no tanto como para rozarme.

Tiene más de treinta años, un hijo con un par de años menos de los que él mismo tenía cuando su hijo vino al mundo. Unos ojos negros, de esos en los que no se distinguen iris y pupila, porque son todo uno. Manos grandes y espalda ancha.

Tiene miedos irracionales y seguridades absurdas.

Y no sabe leer, y escribir apenas su nombre.

Sabe de la vida, del dolor y de supervivencia. De afectos y de lealtades. No sabe demostrarlo, no sabe manejarlos, no sabe leer sobre el papel, ni en las caras que lo miran. No sabe, no puede, no quiere...

No sabe leer, pero quiere aprender, y eso es lo más importante.



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